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jueves, 25 de agosto de 2011

El valor para enseñar

¿Quién dijo que educar es una tarea sencilla?  ¿Quién dijo que cualquier persona puede ser un buen maestro? Parker J. Palmer, en su conocido libro The Courage to Teach, sostiene que la buena enseñanza no puede reducirse únicamente a prácticas pedagógicas adecuadas. La buena educación, según Palmer, proviene de la identidad e integridad del maestro.

Como educadores, generalmente intentamos transmitir a nuestros estudiantes los valores universales que a nuestro juicio hacen de un individuo una mejor persona: honestidad, justicia, valentía, honradez, perseverancia, compasión, empatía, responsabilidad, compromiso social... Son valores que nuestros padres y nuestros maestros nos inculcaron desde que éramos pequeños y que moldearon nuestra personalidad. Además del contenido curricular de la asignatura que enseñamos, también somos modelos que nuestros alumnos imitarán algún día. Esa es una gran responsabilidad... una responsabilidad que puede causar temor, ¡y mucho! Pero hay que entender que aquel maestro que no quiere ser modelo para las futuras generaciones, debe abandonar la profesión; y si pretende continuar desempeñándose como educador, debe aceptar ese reto.

Definitivamente, es necesario que cada maestro tenga "el valor para enseñar". Esta es una carrera que en ocasiones resulta angustiosa ante las presiones que los docentes reciben desde distintos frentes de la batalla cotidiana, pero es sin duda la más noble y la más significativa en toda sociedad. Es una profesión que exige mucho de quienes la practican, pero las recompensas personales y espirituales que ofrece tienen aún mayor peso. Palmer señala que un buen maestro incorpora su experiencia personal y la de sus estudiantes al tejido de la vida. A este pensamiento yo le añado que ese tejido hay que crearlo con hilos de amor, entrega y compromiso.

José A. Ramírez Figueroa, Ed.D.
Director - Departamento de Educación y Tecnología
American Unversity of Puerto Rico

1 comentario:

  1. Para ser maestro hay que tener corazón y vocación. En la vida nos encontraremos con diferentes profesiones y miles de personas con pensamientos distintos. Sin embargo, la profesión del magisterio es sin lugar a dudas la mas importante. Un maestro tiene en sus manos la formación integral de un individuo y mas aun, un rol como modelo a seguir. Un maestro no se limita a la simple enseñanza de una lección, sino que va mas allá, y se convierte en un modelo de vida, aun cuando su labor a finalizado. No existe mayor gratificación para un verdadero maestro, que el que sus estudiantes tengan el mayor de los éxitos. Un buen maestro tiene que dar amor en cada palabra, compasión y comprensión con cada gesto, confianza y valentía con sus acciones y entrega y pasión en lo que hace.

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